Mitos sobre la Artritis Reumatoide
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica. Esto quiere decir, que es una enfermedad donde la persona que la sufre, tendrá síntomas de la enfermedad toda su vida. A pesar de que la enfermedad está presente, esto no significa que los pacientes que la sufren no puedan tener una vida normal.
Con los tratamientos de hoy día, muchos de los pacientes pueden prevenir o disminuir la rapidez con la que sus articulaciones y sus órganos son afectados. Es por esto que es muy importante que usted, como paciente de AR, pueda saber distinguir las cosas que son ciertas sobre la enfermedad y aquellos que son sólo mitos.
He aquí algunos de los mitos más comunes sobre la AR.
Mito1: AR es una enfermedad de gente vieja.
A pesar de que la incidencia de AR aumenta con la edad, ésta no es una condición de gente mayor exclusivamente. Esta condición se puede presentar a cualquier edad e inclusive se puede ver en niños y jóvenes.
Mito2: La AR y la osteoartritis son lo mismo.
La AR y la osteoartritis (OA) son condiciones muy diferentes. Ambas están asociadas con dolor articular. La OA afecta personas de edad mediana y ancianos, y el dolor es causado por desgaste del cartílago (de la articulación). En AR la condición ocurre como parte de un proceso inflamatorio autoinmune.
Mito 3: Hay una prueba diagnóstica para AR.
Actualmente no hay una sola prueba que defina el diagnóstico. La prueba positiva de AR (factor reumatoide) es uno de los criterios que utilizamos para hacer el primer diagnóstico si el cuadro clínico carece de valor.
Mito 4: Incapacidad, dolor extremo y daño permanente siempre ocurren en AR.
Aunque la presentación clínica es variable, en el comienzo, los síntomas pueden ser severos. El dolor varía en intensidad y en la percepción del paciente, y la enfermedad no siempre es incapacitante, particularmente si se comienza el tratamiento en estado temprano.
Mito 5: Un estilo de vida saludable previene el desarrollo de AR.
No existe nada que una persona pueda hacer para evitar que le de la enfermedad. El fumar es una conducta que aumenta el riesgo de desarrollar AR, sin embargo, muchas personas que no fuman la tienen. Ciertamente un estilo de vida saludable te ayudará a mejorar la calidad de vida una vez tienes la condición.
Mito 6: Muchas personas con AR terminan en sillón de ruedas.
El curso de la enfermedad es muy diferente de paciente a paciente, y en algunos casos, la enfermedad puede llegar a ser realmente severa. Sin embargo, con los recientes avances en los tratamientos, más y más pacientes son capaces de de vivir sus vidas de manera plena y totalmente activos. Discuta con su médico cuáles son las alternativas adecuadas para usted.
Mito 7: El exceso de peso y el estrés provocan la enfermedad.
La AR no se debe a ningún factor en particular como el estrés, aumento excesivo de peso, o alimentación inadecuada. Así que es importante que entiendan que eliminar estos no les va a curar; pero ciertamente, reducir el stress, bajar de peso y una alimentación adecuada, le ayudarán a manejar su condición de AR.
Mito 8: El ejercicio es peligroso para las personas con AR.
La verdad es que una rutina de ejercicios diarios, que incluya estiramiento, debe ser parte del plan de cuidado de la persona con artritis reumatoides. La inactividad puede ser perjudicial pues causa rigidez y hace que los músculos pierdan fortaleza. Discuta con su médico cuales son los ejercicios apropiados para usted.
Mito 9: La AR es sólo una artritis y no hay de qué preocuparse.
La AR, como mencioné al comienzo, es una condición crónica. También es una condición sistémica y autoinmune. Quiere decir que puede afectar múltiples órganos o sistemas y que es causada por un desajuste en el sistema de defensa. Es importante que tome en consideración que otros órganos como el corazón, pulmones, ojos y piel pueden ser afectados, e inclusive en ocasiones, aumenta la mortalidad de quienes la sufren. No solamente se limita a las articulaciones.
Mito 10: Los tratamientos para AR son muy peligrosos.
Este mito es particularmente peligroso, pues el no tratar la enfermedad basada en éste mito puede llevar al paciente a deteriorar su condición y provocar daños a otros órganos. Ciertamente los medicamentos acarrean consigo unos efectos secundarios y es aquí cuando les pregunto a los pacientes: “¿Qué prefieres? ¿Los posibles efectos secundarios del medicamento o los efectos secundarios de la enfermedad?”. Durante las últimas décadas se ha demostrado los beneficios de los tratamientos de AR. Hoy día no es tan común ver un paciente con AR que tenga deformaciones severas y anquilosis de sus extremidades. Lo importante es que tenga claro cuál es el mejor tratamiento para usted, qué esperar de él y cuáles son los posibles efectos secundarios. Sólo su médico puede aclarar esta duda para usted y separar el mito de la realidad.
Probablemente, luego de leer estos mitos, vengan a su mente muchas otras dudas, y se preguntarán si será mito o realidad. La mejor manera de aclararlo es preguntando a su médico, o a la enfermera, o busque fuentes de información educativas. Pero jamás, jamás, base las decisiones de su tratamiento o seguimiento de su enfermedad basado en un mito o albergando dudas.
Publicado en Reumatología y Familia, 3ra Ed 20